Me siento muy afortunada de haber encontrado CoDA después de haberme desbocado emocionalmente durante años, gatillada por la pandemia de Covid-19, por las tensiones cotidianas de ser una progenitora trabajadora y por los cambios significativos en mi dinámica familiar, incluyendo el darme cuenta de que mi familiar más cercano había estado sufriendo en una relación de abuso emocional. Con el tiempo, al gestionar estas crisis y traumas, descubrí que mis respuestas a las cosas (culpa, vergüenza, pánico, control, resentimiento) no hacían más que empeorar, no mejorar. Así que, en febrero de 2022, entré en el sitio web de CoDA y me puse en contacto con el que ahora es mi hermoso grupo base (¡un saludo a mis chicas de «Una vida que te mereces»!). Alguien me respondió de inmediato y me uní a la reunión esa noche. Estaba muy nerviosa de asistir por primera vez. Aunque había hecho terapia durante años, no tenía ni idea de qué esperar y decidí armarme de valor y ver qué pasaba en una reunión.
Ni siquiera recuerdo el tema de la reunión y, cuando levanté la mano para compartir, fueron muchas lágrimas y fragmentos inconexos de mi historia que salían a trompicones. Aunque se trataba de una reunión en línea, la atención de los demás asistentes, los ánimos en sus caras y los chats de «por favor, vuelve» fueron suficientes para hacerme seguir adelante. Sentí un enorme alivio cuando alguien leyó las Doce Promesas por primera vez. Desde entonces, he asistido a las reuniones (bastante) fielmente, he asumido pequeñas funciones de servicio en nuestro grupo, me comunico con otras personas de CoDA a través de mensajes de texto y otros chats en línea, y he participado en un grupo de estudio de Pasos que me llevó a otro maravilloso grupo de mujeres de las que he aprendido mucho, y a las que valoro enormemente. Mis compañeras de viaje de CoDA me ayudaron a superar un suicidio familiar, la incertidumbre sobre mi carrera y los cambios de dinámica con amigos y familiares.
Lo que más me gusta de CoDA es que siempre está ahí cuando lo necesito: siempre hay una reunión, otro miembro al que puedo acudir, compañeros responsables y mucho más. CoDA me ha devuelto a Dios y me ha dado el regalo de explorar mi relación con Dios. CoDA me ha permitido descansar, confiar en mí misma, dejar ir, fracasar y volver a intentarlo. Una y otra vez. El proceso de renovación de los Pasos, el contacto constante con Dios y la comprensión de que la vida sucederá, tanto si la controlo como si no, han sido grandes descubrimientos para mí. CoDA también me ha ayudado a entender y perdonar a mi familia (y a mí misma) por comportamientos pasados, viendo que la gente hacía lo mejor que podía, que los límites son necesarios y que mi único trabajo es mantener limpio mi lado de la calle.
También he aprendido que mis amistades en CoDA pueden fluir y refluir – a veces estoy súper conectada, enviando mensajes de texto a la gente, yendo a reuniones, estando con mis amigas del estudio de Pasos (¡cariñosamente llamadas las Cod-ettes!). Otras veces, necesito estar en silencio con Dios y practicar los principios de CoDA en todos mis asuntos. Darme el permiso, con la guía de Dios, para ver mi recuperación como un viaje, en lugar de un destino, es amor propio en acción.
En resumen: CoDA ha hecho de mi vida un lugar más rico, seguro y encantador para estar. Estoy (y siempre estaré) dando dos pasos adelante y uno atrás, pero sé que no estoy sola. Tengo mi poder superior, mis amigas de recuperación, mi intuición y mi gran grupo de amigos y familiares para caminar conmigo por la vida. Y sé que las cosas buenas están sucediendo ahora y vendrán en el futuro.
~ Laura S. 12/04/2023
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