Aquí estoy sentada al final de otra relación romántica, devastada por la adicción y todos sus sufrimientos asociados. La ironía es que, después de haber estado en recuperación durante una década, pensé que finalmente había encontrado una persona sana con la que podía ser pareja plenamente. Como acabo de descubrir, él también tiene una enfermedad mental sin tratar, una adicción sin tratar, y unos abusos y traumas infantiles reprimidos, como muchos de los hombres que he elegido durante toda mi vida. Lo más bonito de esta reciente ruptura es que no me he perdido, ni a mí misma ni a mi vida. He tenido que reconstruir desde la nada, reconstruir mi sentido de mí misma, mis amistades y mi autoestima. Aunque la relación no haya funcionado, el progreso es que hoy tengo más dignidad y autoestima que nunca, y puedo alejarme con dignidad de situaciones y personas que no me convienen.
Estoy agradecida con CoDA y con una larga y lenta recuperación que me ha llevado al punto de saber que sacrificar mi seguridad y a mí misma con la esperanza de ayudar a alguien más, es mi codependencia hablando. Soy digna de un amor seguro y estable, y hoy puedo dármelo a mí misma.
Sara D – 30/6/21 Long Beach, NY
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