Yo veo.

Yo me veo.
Veo mi valía y mi valor.
Veo mis excusas y mi evasión.
Veo mi bondad innata.
Veo mi negación y mi control.
Veo mi fuerza y mi determinación.
Veo mi obsesión y mi miedo.
Veo que mi culpa, y mi «conciencia hiperreactiva» controla mis acciones y mi dependencia.
Veo mi poder y divinidad nacientes.
Veo mi capacidad de decir «no» o «sí».
Veo mi crecimiento y progreso.
Me veo a mí.
Finalmente me veo.

Te veo.
Veo tu valor y tu valía.
Veo tu humanidad- tus errores y debilidades mezclados con compasión y esperanza.
Veo que «es lo que es – sin ponerle juicios».
Veo tu temblor, tu miedo y tu vergüenza.
Veo tus ojos brillantes y tu sonrisa jovial.
Veo tu amor que ha estado ahí todo el tiempo.
Veo tu trabajo duro y tu labor.
Veo las cosas pequeñas y las grandes.
Veo tus partes y tus piezas.
Veo tus deseos y tus sueños.
Te veo.
Finalmente te veo.

Veo a Dios.
Veo la Verdad de Dios.
Veo la obra de Dios en mí cuando soy honesta y responsable.
Veo los detalles de Dios.
Veo los dones de Dios.
Veo la misericordia de Dios.
Veo el amor de Dios.
Veo la presencia de Dios en mi vida.
Veo el plan de Dios.
Veo las promesas de Dios.
Veo a Dios.
Finalmente veo a Dios.

Un complemento a mi poema, alentada por mi madrina.
La veo- la Pequeña Niña interior.
Veo su valor y su valía.
Veo su humanidad- sus errores y debilidades mezclados con compasión y esperanza.
Veo que «es lo que es- sin hacerle juicios».
Veo su temblor, su miedo y su vergüenza.
Veo sus ojos brillantes y su sonrisa jovial.
Veo su amor que ha estado ahí todo el tiempo.
Veo su trabajo duro y su labor.
Veo las pequeñas y grandes cosas.
Veo sus partes y sus piezas.
Veo sus deseos y sus sueños.
La veo.
Finalmente la veo.

Audryn – 21/6/21