Querida yo,
La misma yo que me falló
¿Quién descarriló contra mejores intenciones?
¿Quién no mencionó los límites?
Confundida por el sonido de la conciencia
Desconcertada y desconfiada de mis propias entrañas
Avergonzada por la lujuria de cualquier prisa que estuviera frente a mí
Adolescente y hambrienta…
…te honro
En cada momento difícil después de despertar, estás ahí para mí
En lugar de juzgar, te preocupas por mí.
Haces espacio para que pueda dejar al descubierto mi miedo a la escasez.
Y sin lugar a dudas, me aprecias
Cualquiera que sea la injusticia que surja, me siento sostenida por tu cuidado interminable.
Para el Yo que reconocía patrones
Todavía propensa al dolor y la tristeza.
Pero me alegro mucho por el acceso al poder que florece desde el mismo lugar de carencia.
El mismo poder que pensé que nunca recuperaría
Del mismo adolescente interior que hice todo lo posible para reprimir, surge la curación y la fuerza que necesito para progresar.
Para el Yo que necesito
Para el Yo que es liberada –
Mientras viva, honraré el privilegio que es perdonarte.
Cyd K.
02/06/2024
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