Empecé a trabajar los Doce Pasos y las Doce Tradiciones con mi madrina. Empecé a escribir historias que podía compartir en mis reuniones de CoDA. Sabía que allí me sentía segura y que nadie me criticaría. Eso era algo a lo que no estaba acostumbrada.
Cuando escribí mi momento de descubrimiento y realización, y se lo leí a mi madrina, me sugirió que lo enviara a CoDA. Me sorprendió que pensara lo suficiente en mi escrito como para considerarlo digno de tal organización. Así de baja era mi autoestima. Su ánimo y su confianza en mí me dieron el valor para seguir adelante y enviarlo. Para mi sorpresa, el Comité de Conexiones de CoDA Mundial lo publicó en su página Lectura Semanal.
En los últimos dos años, he tenido un acontecimiento que me ha cambiado la vida. Tuve una hemorragia cerebral (o derrame cerebral), pero he recuperado todas mis facultades, lo cual es un milagro. Si no fuera por los Pasos y Tradiciones de CoDA, las Promesas, los lemas, las afirmaciones, mi madrina, mi pastor, mis amigos, mis oraciones, mi esposo y la comunidad médica, sé que no podría escribir o hablarles de estos desafíos.
A menudo escribo sobre la naturaleza, los animales, los programas de juegos o los espectáculos musicales. Pienso y veo que los animales tienen sentimientos. Sólo que los expresan de una manera diferente. Soy capaz de ver el simbolismo y los diferentes comportamientos codependientes en las historias. Ahora me doy cuenta de que en realidad me estaba haciendo un perjuicio a mí misma, aunque estaba escribiendo lo que creo que es verdad. Escribí como si me dirigiera a un grupo de personas, por lo que a menudo escribía en tercera persona. Creo que Dios actúa de forma misteriosa. No fue hasta que leí un correo electrónico, cuando me di cuenta de que, aunque mis historias eran agradables y a veces humorísticas, en realidad estaba limpiando mi alma. Mi escritura era la forma en que Dios me hacía dar un paso más en la recuperación.
Agradezco a Dios, a mi madrina y a CoDA por ayudarme a seguir adelante. Siempre les estaré agradecida. Todavía tengo un largo camino que recorrer, pero sé que no estoy sola.
Que Dios los bendiga siempre. Linda C. – 19/06/22
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