Hola, me llamo Don y soy codependiente. Estoy bendecido. Dios me ha dado mucho desde mi primera reunión el 9 de agosto de 2003.
Mi Dios me quitó la rabia, la adicción al alcohol y el mal comportamiento sexual, -todo ello en mi reunión base.
Todos los días trabajo los Pasos, especialmente el Primer Paso. Mi mujer murió en 2007 y en 2019 me volví a casar. Aunque no era mi intención, esto me da un indicador de recuperación. Mi mujer hace o deja de hacer cosas que me molestaban en mi anterior matrimonio. Por razones que no comprendo, sus comportamientos no me molestan, irritan o incomodan. Sí hacen que me pregunte por qué me molestaban anteriormente. Son triviales e irrelevantes para nuestra relación. Aun así, me maravilla el poder del programa de recuperación de CoDA.
Sé que el trabajo diario de los Pasos me ha aportado sanidad y comprensión. También sé que este viaje nunca termina y que habrá muchos milagros en mi futuro.
El Doceavo Paso pudiera ser problemático para mí, pero en cambio es una bendición. Soy una persona introvertida y es poco probable que reúna a muchos codependientes que sufren en mi vecindario. Afortunadamente, CoDA elimina cualquier excusa que mi intolerancia pueda proporcionar. CoDA da oportunidades de Servicio a nivel de Reunión, a nivel de Intergrupal, a nivel de Entidad con Derecho a Voto y a nivel Mundial, para llegar a los codependientes que aún sufren. Por lo tanto, no tengo excusa.
Este escrito sirve como una pieza de divulgación. Es curioso cómo CoDA está estructurado para llegar a los codependientes que aún sufren, incluyéndome a mí.
Don B – 8/21
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