Desde que asistí a dos reuniones de CoDA, estoy empezando a confirmar mi situación en la vida. El 4 de mayo de 2024, mis dos hijos y yo nos mudamos a otra ciudad para vivir con mi hermana menor y su esposo. Al principio, hacía lo que siempre hago, que es limpiar, cocinar y a veces cuidar niños. Sentí alegría durante tres semanas, luego salieron a la superficie mis sentimientos, los que siempre había escondido. Pensé: ¿qué está pasando? Yo estaba siendo la salvadora del matrimonio de mi hermana y tratando de ayudarla como siempre. Me puse de su lado, confié en ella porque con mis problemas de salud mental, ella me ayudaría. Pero Dios intervino y les enfrió el corazón, y sentí un dolor profundo que era completamente insoportable. Las lágrimas fluían y no podía parar. Siempre fui la salvadora desde que tenía nueve años. Los problemas de abandono salieron a la luz y supe que necesitaba irme. Mis lágrimas se convirtieron en un grado de ira que, si hubiera dicho algo o hubiera intentado resolverlo, aún no sentiría justicia. Dios, a través de CoDA, me ayudó a darme cuenta de que no tengo el control de los demás, que no soy una salvadora, que estoy tratando de ocupar su lugar y que no me había dado cuenta hasta ahora. Escuché a una joven decir que se sentía alejada de su familia. Ahora sé exactamente lo que quería decir. Las únicas personas con las que siento que puedo ser yo misma y con las que siento una sensación de poder son aquellas con las que sé que no tengo que estar de acuerdo ni aceptar consejos sobre mi vida. Sí, probablemente cometeré algunos errores, pero sé que soy resiliente y tengo fe. Cuando me siento sola recuerdo mi situación y – lo más importante – a Dios, que me ama incondicionalmente y está a una oración de distancia.
Gracias por leer mi historia..
Lissette B. 08/17/2024
Recent Comments